Por Andrea Arzaba
Ayer fue un día digno de contarse, aquellos en los que haces tantas cosas que sientes muy bien aprovechada la jornada. Todo comenzó con una mañana nublada en el noreste de Madrid, en donde la lluvia nos orilló a buscar actividades en museos o edificios.
Inicié mi recorrido en la calle de Alcalá, por el metro sol en el centro de la ciudad con la
exposición “Terre de personne” (Tierra de nadie), en la sala de arte Alcalá 31. Una exhibición del fotógrafo francés Pierre Gonnord en donde se muestran rostros de habitantes en zonas rurales del Norte de España, como Asturias y León, y también de Portugal.
Me parecieron extraordinarios los retratos, ya que a través de la sola mirada de las personas retratadas, se podía sentir la ardua vida e incluso el sufrimiento, que les ha consumido la vida durante todos sus años.
Después continuamos con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a unos cuantos metros de la galería anterior, en donde una de las exposiciones temporales fue de la gran pintora vanguardista española Maruja Mallo. Es curioso saber que Mallo estudió en la misma academia en donde la exhibición se encuentra puesta. Personalmente, el estilo de esta pintora me gusta mucho ya que además de usar colores vividos y formas originales, basándose profundamente en las formas geométricas.
El conjunto de obras que más me gustaron fueron la famosa “verbenas”, el retrato de dos mujeres representando “la tierra y el mar”, además de “sorpresa en el trigo.” Elementos como las mujeres, la naturaleza y las personas son muy importantes en sus obras.
Para finalizar el día de una manera inmejorable, asistí con mis amigas a una misa gitana titulada “Misa Flamenca: Los gitanos cantan a Dios” en la Real Colegiata de San Isidro, cerca de la Plaza Mayor, en la calle de Toledo. Este evento fue el primero del Festival de Arte Sacro 2010, el cual esta formado por distintas bellas artes, como lo es la música o el canto, de distintos países alrededor del mundo.
Yo tenía muchas ganas de asistir a la misa, ya que no me esperaba algo en específico, era como adentrarse en el corazón de una España sureña, en donde la cultura árabe con la europea se dan un festín digno de contemplarse. A las 8:40 pm inició el evento con la Orquesta Internacional de Madrid y la Compañía de Flamenco “Tito Losada”. Se interpretaron oraciones como El Credo, El Padre Nuestro y El Santo de una manera muy especial, con esas voces características del flamenco, aquellas que te ponen la piel chinita y que te invitan a aplaudir.
Toda la iglesia se convirtió en un testigo único de una conmemoración religiosa totalmente diferente, con zapateos y bailarinas españolas, tambores resonantes y ritmos latentes.
Y ¿por qué no terminar la noche con unos buenos churros y un espeso chocolate, de aquellos que nunca llegan a cansarte, incluso cuando los has probado un centenar de veces? 🙂
Saludos